El centro cultural nace a partir del concepto de limites difusos, buscando que el límite entre los diferentes espacios y el interior y el exterior no fuese perceptible por los usuarios, dando una relación directa con el entorno y el paisaje, creando así un escenario para las distintas expresiones artísticas, otorgando también espacio público para la comunidad, creando un nodo importante en el sector y dando un mejoramiento de la calidad de vida.