El autor pretende demostrar que la regulación de precios en los productos farmacéuticos (medicamentos) por parte de la Comisión Nacional de Precios de Medicamentos y Dispositivos Médicos, no es una causal para que se configure un desequilibrio financiero que afecte al contratista y la ejecución de los contratos de suministro suscritos entre Entidades del área de la salud y los laboratorios farmacéuticos o compañías distribuidoras.