En un mundo globalizado e integrado, que se supone es uno solo, las brechas de desarrollo entre países motivan al estudio de las causas de las diferencias que aparecen en los mimos y que son, por momentos, vergonzosas para la especie humana en su conjunto. Una de esas causas puede surgir de las distintas aplicaciones de políticas públicas en materia de Inversión Extranjera Directa (IED), dado que estas influyen significativamente en la producción de bienes y servicios y en la apropiación de la ciencia y la tecnología de los países; además de que tienen un impacto en la acumulación de capital y, por ende, inciden en los niveles de crecimiento y de desarrollo de los mismos.