El conflicto en Colombia ha sido uno de los principales causantes del déficit habitacional producto de los desplazamientos forzados, junto al bajo nivel de oportunidades en gran parte del territorio nacional. Debido a esto aparecen urbanizaciones en las cuales se suple la necesidad de vivienda pero que no necesariamente brinda calidad de vida a sus habitantes. Como respuesta a esta condición se debe abordar la vivienda como el elemento más indispensable en la arquitectura, por lo cual se plantean prototipos habitacionales flexibles para los posibles usuarios, en los cuales está presente la progresividad, la productividad y la colectividad como elementos articuladores para la vivienda del posconflicto, buscando responder ¿cómo amalgamar estas diferentes particularidades en un mismo proyecto que responda desde lo unitario hasta lo agrupado? para que el proyecto no se limite al barrio sino que también se pueda propagar en contextos homologables, conformando así comunidades resilientes desde la vivienda.