La extradición como figura jurídica, se propone como un mecanismo de cooperación judicial entre los estados para combatir el crimen y garantizar que no haya impunidad. Se instituye como respuesta a la creciente problemática internacional de la aplicación normativa de cada Estado, con relación a los diferentes delitos cometidos por una persona en una diferente jurisdicción a la nativa, que permite que la persona reclamada sea juzgada o cumpla la condena que le ha sido impuesta en el país que la requiere para cada Estado. Con su aplicación se busca combatir la criminalidad y evitar la impunidad debido a las dificultades en la aplicación de los procedimientos judiciales para validar la imputación en los casos en que quien delinque y se refugia en un Estado que no posee jurisdicción sobre ellos. En consecuencia, es válido que un Estado realice los actos pertinentes de la extradición como cooperación entre países de diferente jurisdicción política.