Gracias a las múltiples luchas en el siglo XX, los grupos étnicos encabezados por el movimiento indígena lograron reivindicaciones políticas tendientes a la autonomía territorial, consolidada esta, durante la Asamblea Nacional Constituyente de 1991, que a su vez desarrolló un marco legislativo tendiente al reconocimiento de los derechos políticos, culturales y territoriales de estos pueblos en Colombia.