Este proyecto se centró primeramente en facilitar los procesos de construcción social mediante un entorno educativo, introduciendo la arquitectura como una herramienta mediadora entre la educación moral y la sociedad que lo habita; enseñando a una población la variedad de costumbres que nos une como cultura por medio de algo que todos tenemos en común, y es la memoria histórica. De allí surge la idea como equipamiento educativo, contemplando las actividades pasivas y activas en las que se permitiera el libre desarrollo en los ámbitos artísticos de los ciudadanos, por medio de talleres, técnicos y tecnólogos, que complementaran su currículum, brindando mejores oportunidades laborales y aportando a la educación moral de la sociedad.