Las prácticas asistenciales como estrategia política de los últimos tres gobiernos en Bogotá se han convertido en uno de los instrumentos más utilizados por los gobernantes, para mitigar los efectos que con lleva la pobreza, la desigualdad y la injusticia social, entre otros. Pese a que en algunas ocasiones su aplicabilidad puede resultar favorable para los sectores sociales más vulnerables, y en su defecto, suplir circunstancialmente determinadas necesidades, ésta puede traer también efectos adversos, ya que puede generar más necesidades y posiblemente, generar más problemas de carácter social. Bajo esta premisa, es necesario determinar cuáles han sido los aciertos y los desaciertos de las prácticas asistenciales como estrategia política de los gobiernos en Bogotá en los últimos diez años.