Memoria episódica y enriquecimiento ambiental en ratas Wistar
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Resumen
Los estudios de enriquecimiento ambiental comenzaron en 1920 con el primatólogo Robert Yerkes, quien resaltaba la importancia de las mejoras de vivienda tanto en zoológicos como en laboratorios. El objetivo principal era crear ambientes naturales a los animales en estado de cautiverio, y de esta forma, mostrarían patrones de actividad diarios o similares a los que muestra en su medio natural, garantizando así el bienestar animal, satisfaciendo sus necesidades físicas y psicológicas (Escobar, 2016). En las últimas décadas los beneficios percibidos del enriquecimiento ambiental en los animales cautivos fueron aumentado el interés en el campo investigativo, encontrando que los factores ambientales en los que se desarrolla un organismo tienen una influencia en el acervo genético y beneficios en la determinación de la conducta (Peña, 2007). En 1940, Donald Hebb propuso formalmente el enriquecimiento ambiental en laboratorio, al darse cuenta de que las ratas que tenía por mascotas y que andaban libremente por su casa tenían una capacidad superior de resolución de problemas y aprendizaje que las ratas alojadas en condiciones de laboratorio estándar (Simpson & Kelly, 2011; Casanova et al., 2008).