Teratología conductual: un apasionante campo de trabajo transdisciplinar
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Resumen
Desde el impresionante precedente de la tragedia de la Talidomida, un ansiolítico, hipnótico y antiemético usado en el primer trimestre de la gestación que causó graves malformaciones cardíacas, renales, digestivas, oftálmicas auditivas y ausencia total o parcial de los miembros superiores/inferiores, entre otras, y a partir de trabajos como (DeSesso, 2019; Moore & Persaud, 2013; Papaseit et al., 2013), y la publicación del minucioso trabajo de Werboff & Gottlieb (1963) se estableció que las drogas de consumo materno durante la gestación –tanto las prescritas como las que no– tienen unos potentes efectos teratogénicos, es decir, producen malformaciones congénitas durante el desarrollo del infante. Estas malformaciones pueden darse en diferentes órganos o tejidos; y cuando ocurren en el sistema nervioso no son tan evidentes, y se reflejan en alteraciones del comportamiento que se pueden manifestar en la infancia, la adolescencia o más tardíamente. Cuando las malformaciones congénitas se observan en el comportamiento, pertenecen al campo de la Teratología Conductual o Teratología Neuroconductual (Minnes et al., 2014; Werboff & Gottlieb, 1963).